1 La Palabra de Dios
2 La Trinidad
3 Dios El Padre
4 Dios El Hijo
5 Dios El Espíritu Santo
6 La Creación
7 La Naturaleza del Hombre
8 La Gran Controversia
9 La Vida, Muerte y Resurrección de Cristo
10 La Experiencia de la Salvación
11 Crecimiento en Cristo
12 La Iglesia
13 El Remanente y su Misión
14 Unidad en el Cuerpo de Cristo
15 El Bautismo
16 El Servicio de Comunión
17 Dones y Ministerios Espirituales
18 El Don de Profecía
19 La Ley de Dios
20 El Día de Reposo
21 La Mayordomía
22 Ética Cristiana
23 El Matrimonio y la familia
24 El Ministerio de Cristo en El Santuario Celestial
25 La Segunda Venida de Cristo
26 La Muerte y la Resurrección
27 El Milenio y El Fin del Pecado
28 La Tierra Nueva
6. La Creación
Dios es Creador de todas las cosas, y ha revelado en la Escritura el relato auténtico de Su actividad creativa. En seis
días el Señor hizo los cielos y la tierra y a todo ser viviente sobre la tierra, y descansó el séptimo día de esa primera
semana. Él de tal manera estableció el Sábado como perpetuo conmemorativo de Su obra creativa completada. El primer hombre
y mujer fueron hechos a la imagen de Dios como la obra coronante de la Creación, se les dio dominio sobre la tierra, y la
responsabilidad de cuidarla. Cuando el mundo fue acabado era muy bueno declarando la gloria de Dios.
Sustento bíblico:
Génesis 1 & 2
Éxodo 20:8-11
Salmos 19:1-6
Salmos 33:6 & Salmos 33:9
Salmos 104
Hebreos 11:3
7. La Naturaleza del Hombre
El hombre y la mujer fueron hechos a la imagen de Dios con individualidad, el poder y la libertad de pensar y actuar.
Aunque creados seres libres, cada uno es una unidad inseparable del cuerpo, la mente, y el alma, dependiendo de Dios para
la vida, el aliento y toda otra cosa. Cuando nuestros primeros padres desobedecieron a Dios, ellos negaron su dependencia
de Él y cayeron de su alta posición que ocupaban delante de Dios. La imagen de Dios en ellos fue desfigurada y ellos fueron
sujetos a la muerte. Su descendencia sufre también de su naturaleza caída y de sus consecuencias. Ellos son nacidos con debilidades
y con tendencias al mal. Pero Dios en Cristo reconcilia al mundo a Él mismo y por medio de Su Espíritu restaura en los penitentes
mortales la imagen de su Creador. Creados para la gloria de Dios, ellos son llamados a amarle a Él y a unos a otros cuidando
también de su ambiente.
Sustento bíblico:
Génesis 1:26-28
Génesis 2:7
Salmos 8:4-8
Hechos 17:24-28
Génesis 3
Salmos 51:5
Romanos 5:12-17
2 Corintios 5:19,20
Salmos 51:10
1 Juan 4:7,8
1 Juan 4:11
1 Juan 4:20
Génesis 2:15
8. El Gran Conflicto
Toda la humanidad esta envuelta hoy en el gran conflicto entre Cristo y Satanás respecto al carácter de Dios, Su ley,
y Su soberanía sobre el universo. Este conflicto tuvo origen en el cielo cuando un ser creado, dotado con libre albedrío,
en exaltación propia se convirtió en Satanás, el adversario de Dios y condujo a una porción de los ángeles a la rebelión.
Él introdujo el espíritu de rebelión en este mundo cuando llevo a Adán y a Eva al pecado. Esta transgresión humana resulto
en la desfiguración de la imagen de Dios en la humanidad, en el desorden en el mundo creado, y en su devastación eventual
como en la instancia del diluvio mundial. Observado por toda la demás creación, este mundo se volvió en el tribunal del conflicto
universal, del cual el amor de Dios será últimamente vindicado. Para asistir a Su pueblo en este conflicto Cristo envía al
Espíritu Santo y a sus fieles ángeles para guiar, proteger, y sostener a los suyos en el camino a la salvación.
Sustento bíblico:
Apocalipsis 12:4-9
Isaías 14:12-14
Ezequiel 28:12-18
Génesis 3
Romanos 1:19-32
Romanos 5:12-21
Romanos 8:19-22
Génesis 6:8
2 Pedro 3:6
1 Corintios 4:9
Hebreos 1:14
9. La Vida, la Muerte, y la Resurrección de Cristo
En la vida de Cristo de perfecta obediencia a la voluntad de Dios, en Su sufrimiento, muerte, y resurrección, Dios proveyó
la única manera de expiación para el pecado humano. De manera que todos aquellos que aceptaran este sacrificio tuvieran vida
eterna, y la creación entera entendiera mejor el infinito y santo amor del Creador. Esta expiación perfecta vindica la virtuosidad
de la ley de Dios y la misericordia de su carácter de manera que aunque condena nuestros pecados provee para nuestro perdón.
La muerte de Cristo es sustitutiva y expiatoria, reconciliadora y transformadora. La resurrección de Cristo proclama el triunfo
de Dios sobre las fuerzas del mal y para aquellos quienes aceptan su expiación les asegura victoria final sobre el pecado
y la muerte. Esto declara el señorío de Cristo Jesús ante el cual toda rodilla del cielo y la tierra se doblará.
Sustento bíblico:
Juan 3:16
Isaías 53
1 Pedro 2:21,22
1 Corintios 15:3,4 & 1Corintios 15:20-22
2 Corintios 5:14,15 & 2Corinthios 5:19-21
Romanos 1:4
Romanos 3:25
Romanos 4:25
Romanos 8:3,4
1 Juan 2:2
1 Juan 4:10
Colosenses 2:15
Filipenses. 2:6-11
10. La Experiencia de la Salvación
En infinito amor y misericordia Dios dejo que Cristo quien no conoció pecado, llevara pecado por nosotros para que en
Él pudiéramos ser hechos rectos ante Dios. Guiados por el Espíritu Santo sentimos nuestra necesidad, reconocemos nuestra manera
pecaminosa, nos arrepentimos de nuestras transgresiones, y ejercemos fe en Jesús como Señor y Cristo, como sustituto y ejemplo.
Esta fe la cual recibe salvación viene por medio del poder divino del Verbo y recibe el don de la gracia de Dios. Por medio
de Cristo somos justificados, adoptados como hijos e hijas de Dios y librados del dominio del pecado. Por medio del Espíritu
nacemos de nuevo y somos santificados. El Espíritu renueva nuestras mentes, escribiendo la ley de Dios en nuestros corazones
y nos da poder para vivir una vida santa. Permaneciendo en Él somos hechos partícipes de la naturaleza divina, y tenemos la
seguridad de la salvación hoy y en el juicio final.
Sustento bíblico:
2 Corintios 5:17-21
Juan 3:16
Gálatas 1:4
Gálatas 4:4-7
Tito 3:3-7
Juan 16:8
Gálatas 3:13,14
1 Pedro 2:21,22
Romanos 10:17
Lucas 17:5
Marcos 9:23,24
Efesios 2:5-10
Romanos 3:21-26
Colosenses 1:13,14
Romanos 8:14-17
Gálatas 3:26
Juan 3:3-8
1 Pedro 1:23
Romanos 12:2
Hebreos 8:7-12
Ezequiel 36:25-27
2 Pedro 1:3,4
Romanos 8:1-4
Romanos 5:6-10
16. La Cena del Señor
La Cena del Señor es una participación en los emblemas del cuerpo y sangre de Jesús como expresión de fe en Él, nuestro
Señor y Salvador. En esta experiencia de comunión Cristo está presente para reunirse y fortificar a los suyos. Al tomar parte
alegremente proclamamos la muerte del Señor hasta Su próxima venida. La preparación para la Santa Cena incluye un examen de
conciencia, el arrepentimiento, y la confesión. El Maestro ordenó el servicio del rito de humildad para significar renovación
de nuestra purificación, para expresar una buena voluntad en servirse uno al otro en humildad semejante a la de Él, y para
unir nuestros corazones en amor. El servicio de comunión es abierto a todo creyente cristiano.
Sustento bíblico:
1Corintios 10:16,17
1Corintios 11:23-30
Mateo 26:17-30
Apocalipsis 3:20
Juan 6:48-63
Juan 13:1-17
17. Dones Espirituales y Ministerios
Dios otorga a cada miembro de Su iglesia en cada época dones espirituales que han de utilizados en ministerio amoroso
para el beneficio de la iglesia y la humanidad. Dados por medio del Espíritu Santo quien proporciona a cada miembro como sea
Su voluntad. Los dones proveen toda habilidad y ministerios necesitados por la iglesia para cumplir sus divinamente ordenadas
funciones. De acuerdo a las Escrituras, estos dones incluyen tales ministerios como la fe, sanidad, profecía, predicación,
enseñanza, administración, reconciliación, compasión, servicio en sacrificio propio, y caridad para ayudar y animar a la gente.
Unos miembros son llamados por Dios y dotados por el Espíritu para funciones reconocidas por la iglesia para ejercer el ministerio
pastoral, el de evangelismo, el apostolado, y la enseñanza, funciones particularmente necesarias para equipar a los miembros
para el servicio, para conducir la iglesia a la madurez espiritual, y para fomentar la unidad de la fe y del conocimiento
de Dios. Cuando los miembros emplean estos dones espirituales como fieles mayordomos de la gracia variada de Dios, la iglesia
es protegida de la influencia destructiva de la falsa doctrina, crece con una ayuda que es de Dios, y en fe y amor.
Sustento bíblico:
Romanos 12:4-8
1Corintios 2:9-11 & 27-28
Efesios 4:8 & 11-16
Hechos 6:1-7
1Timoteo 2:1-3
1Pedro 4:10,11
18. El Don de la Profecía
Uno de los dones del Espíritu Santo es la profecía. Este don es una marca identificadora de la iglesia remanente y fue
manifestada en el ministerio de Elena G. de White. Como la mensajera de Dios, sus escritos son fuente continua y autorizada
de la verdad la cual provee para la iglesia consuelo, dirección, instrucción, y corrección. También hacen claro que la Biblia
es el único estandarte por la cual toda enseñanza y experiencia debe ser probada.
Sustento bíblico:
Joel 2:28,29
Hechos 2:14-21
Hebreos 1:1-3
Apocalipsis 12:17
Apocalipsis 19:10
Amos 3: 7
2 Timoteo 3: 16-17
Apocalipsis 22: 8-9
19. La Ley de Dios
Los grandes principios de la ley de Dios son incorporados en los Diez Mandamientos y ejemplificados en la vida de Cristo.
Ellos expresan el amor de Dios, su voluntad, y propósitos concernientes a la conducta humana y sus relaciones, son obligatorios
para toda persona en cada época. Estos preceptos son la base del pacto de Dios con su pueblo y son el estandarte en los juicios
de Dios. Por medio de la obra del Espíritu Santo estos señalan el pecado y despiertan el sentido de necesidad de un Salvador.
La salvación es completamente por gracia y no por obras, pero sus frutos es la obediencia a los Mandamientos. Esta obediencia
desarrolla el carácter cristiano y produce la sensación de bienestar. Es una evidencia de nuestro amor por el Señor y de nuestra
preocupación por nuestros semejantes. La obediencia por fe demuestra el poder de Cristo para transformar vidas y para fortalecer
la testificación cristiana.
Sustento bíblico:
Éxodo 20:1-17
Salmos 40:7,8
Mateo 22:36-40
Deuteronomio 28:1-14
Mateo 5:17-20
Hebreos 8:8-10
Juan 16:7-10
Efesios 2:8-10
1Juan 5:3
Romanos 8:3,4
Salmos 19:7-14
20. El Sábado
El Creador benéfico, después de los seis días de la creación, descansó el séptimo día e instituyó el sábado para toda
persona como memorial de la creación. El cuarto mandamiento de la incambiable ley de Dios requiere la observancia del séptimo
día, Sábado, como día de descanso, alabanza, y ministerio en armonía con la enseñanza y observancia de Jesús, el Señor del
Sábado. El sábado es un día de comunión deleitosa con Dios y de unos con otros. Es un símbolo de nuestra redención en Cristo,
una señal de nuestra santificación, una prenda de nuestra fidelidad, y un goce anticipado de nuestro eterno futuro en el reino
de Dios. El sábado es señal perpetua del pacto eterno de Dios con su pueblo. La observancia gozosa de este tiempo santo de
tarde a tarde, de puesta a puesta de sol, es celebración de la obra creadora y redentora de Dios.
Sustento bíblico:
Génesis 2:1-3
Éxodo 20:8-11
Lucas 4:16
Isaías 56:5,6
Isaías 58:13,14
Mateo 12:1-12
Éxodo 31:13-17
Ezequiel 20:12 & 20:20
Deuteronomio 5:12-15
Hebreos 4:1-11
Levítico 23:32
Marcos 1:32
26. La Muerte y la Resurrección
La paga del pecado es muerte. Pero Dios quien sólo posee inmortalidad, concederá vida eterna a sus redimidos. Hasta ese
día, la muerte es un estado de inconsciencia para toda persona. Cuando Cristo, nuestra vida, aparezca, los justos resucitados
y los justos vivos serán glorificados y arrebatados para encontrarse con su Señor. La segunda resurrección, la resurrección
de los impíos, tendrá lugar mil años después.
Sustento bíblico:
Romanos 6:23
1Timoteo 6:15,16
Eclesiastés 9:5,6
Salmos 146:3,4
Juan 11:11-14
Colosenses 3:4
1Corintios 15:51-54
1Tesalonicenses 4:13-17
Juan 5:28,29
Apocalipsis 20:1-20
27. El Milenio y el Fin del Pecado
El milenio es el reinado por mil años de Cristo y los redimidos en el cielo, entre la primera y la segunda resurrección.
Durante este tiempo, los impíos serán juzgados. La tierra estará completamente desolada, sin habitantes humanos, siendo ocupada
por Satanás y sus ángeles. Al cierre Cristo y sus santos y la santa ciudad descenderá del cielo a la tierra. Los impíos muertos
serán entonces resucitados y junto con Satanás y sus ángeles rodearán la ciudad, pero el fuego de Dios los consumirá, purificando
la tierra. El universo así será librado del pecado y los impíos para siempre.
Sustento bíblico:
Apocalipsis 20
1Corintios 6:2,3
Jeremías 4:23-26
Apocalipsis 21:1-5
Malaquías 4:1
Ezequiel 28:18,19
28. La Tierra Nueva
En la tierra nueva en la cual los justos vivirán, Dios proveerá un hogar eterno para los redimidos y un perfecto ambiente
adecuado para la vida eterna y al desarrollo del amor, el gozo, y el conocimiento en su presencia. Aquí Dios mismo morará
con su pueblo, dolor y muerte no habrá más. El gran conflicto habrá terminado y el pecado no será más. Todas las cosas vivientes
e inanimadas proclamarán que Dios es amor y Él reinará para siempre. Amén.
Sustento bíblico:
2 Pedro 3:13
Isaías 35
Isaías 65:17-25
Mateo 5:5
Apocalipsis 21:1-7
Apocalipsis 22:1-5
Apocalipsis 11:15
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1. Las Santas Escrituras
Las Santas Escrituras, el Antiguo y el Nuevo Testamento son la Palabra escrita de Dios, dadas a los hombres santos por
divina inspiración de Dios quienes hablaron y escribieron, así como fueron movidos por el Espíritu Santo. En Su Palabra Dios
ha entregado al hombre el conocimiento necesario para la salvación. Las Santas Escrituras son la infalible revelación de Su
voluntad. Ellas son el estandarte de su carácter, la prueba de experiencia, la revelación autorizada de las doctrinas, y una
confiable anotación de los hechos de Dios en la historia.
Sustento bíblico:
2 Pedro 1:20,21
2 Timoteo 3:16,17
Salmos 119:105
Proverbios 30:5,6
Isaías 8:20
Juan 17:17
• 1 Tesalonicenses 2:13
• Hebreos 4:12
2. La Trinidad
Hay un solo Dios: Padre, Hijo, y Espíritu Santo, una unidad de tres Personas coexistiendo por la eternidad. Dios es inmortal,
todo poderoso, conocedor de todo, superior a todo, y omnipresente. Él es infinito y más allá de la comprensión humana, pero
conocido por Su auto revelación. Él es siempre digno de alabanza, adoración, y servicio por toda la creación.
Sustento bíblico:
Deuteronomio 6:4
Mateo 28:19
2 Corintios 13:14
Efesios 4:4-6
1 Pedro 1:2
1 Timoteo 1:17
Apocalipsis 14:7
3. El Padre
Dios el eterno Padre es el Creador, la Fuente, el Sustentador, y el Soberano de toda la creación. Él es justo y santo,
misericordioso y piadoso, lento con la ira, y abundante en constante amor y fidelidad. Las cualidades y los poderes exhibidos
en el Hijo y el Espíritu Santo también son revelaciones del Padre.
Sustento bíblico:
Génesis 1:1
Apocalipsis 4:11
1 Corintios 15:28
Juan 3:16
1 Juan 4:8
1 Timoteo 1:17
Éxodo 34:6,7
Juan 14:9
4. El Hijo
Dios el eterno Hijo fue encarnado en Cristo Jesús. Por Él todas las cosas fueron creadas, el carácter de Dios es revelado,
la salvación de la humanidad es realizada, y el mundo es juzgado. Siempre Dios verdadero, Él se convirtió verdaderamente hombre,
Jesús el Cristo. Fue concebido del Espíritu Santo y nacido de la virgen María. Él vivió y experimentó la tentación como todo
ser humano, pero ejemplificando perfectamente la rectitud y el amor de Dios. Por sus milagros Él manifestó el poder de Dios
y fue demostrado como el Mesías prometido de Dios. Él sufrió y murió voluntariamente en la cruz por nuestros pecados y en
nuestro lugar. Él volverá de nuevo en gloria para la última liberación de su pueblo y la restauración de todas las cosas.
Sustento bíblico:
Juan 1:1-3 & Juan 1:14
Colosenses 1:15-19
Juan 10:30
Juan 14:9
Romanos 6:23
2 Corintios 5:17-19
Juan 5:22
Lucas 1:35
Filipenses 2:5-11
Hebreos 2:9-18
1 Corintios 15:3,4
Hebreos 8:1,2
Juan 14:1-3
5. El Espíritu Santo
Dios, el eterno Espíritu fue activo con el Padre e Hijo en la creación, la encarnación, y la redención. Él inspiró a los
escritores de las Escrituras. Él lleno la vida de Cristo con poder. Él llama y convence al ser humano y aquellos que responden,
Él los renueva y transforma en la imagen de Dios. Enviado por Dios y el Hijo para estar siempre con sus hijos, Él extiende
dones espirituales a la iglesia, capacitándola para ser testigo de Cristo, y en armonía con las Escrituras la lleva a toda
verdad.
Sustento bíblico:
Génesis 1:1,2
Lucas 1:35
Lucas 4:18
Hechos 10:38
2 Pedro 1:21
2 Corintios 3:18
Efesios 4:11,12
Hechos 1:8
Juan 14:16-18
Juan 14:26
Juan 15:26,27
Juan 16:7-13
11. El Crecimiento en Cristo
Por su muerte en la cruz, Jesús triunfó sobre las fuerzas del mal. Él, que durante su ministerio terrenal subyugó a los
espíritus demoniacos, ha quebrantado su poder y asegurado su condenación final. La victoria de Jesús nos da la victoria sobre
las fuerzas del mal que aún tratan de dominarnos, mientras caminamos con él en paz, gozo y en la seguridad de su amor.
Sustento bíblico:
1 Crón. 29:11;
Sal. 1: 1-2; 23:4; 77: 11-12;
Mat. 20: 25-28; 31-46;
Lucas 10: 17-20;
Juan 20:21;
Romanos 8: 38-39;
2 Cor. 3: 17-18;
Gál. 5: 22-25;
Efe. 5: 19-20; 6: 12-18;
Fil. 3: 7-14: Col. 1: 13-14; 2: 6,14,15;
1 Tes. 5: 16-18,23:
Heb. 10: 25;
Sant. 1: 27;
2 Ped. 2: 9; 3: 18; 1 Juan 4: 4
12. La Iglesia
La iglesia es la comunidad de creyentes que confiesa a Cristo Jesús como Señor y Salvador. Así como el pueblo de Dios
en los tiempos del Antiguo Testamento somos llamados a salir del mundo. Nos reunimos para alabar, el compañerismo, la instrucción
en la Palabra, celebrar la Cena del Señor, el servicio a la humanidad, y la proclamación mundial del evangelio. La iglesia
recibe su autoridad de Cristo quien es el Verbo encarnado, y de las Escrituras que son la Palabra escrita. La iglesia es la
familia de Dios, adoptada por Él como hijos e hijas, sus miembros viven por acabo del nuevo pacto. La iglesia es la novia
por quien Cristo murió con tal de santificarla y limpiarla. En Su regreso triunfante, Él la presentara a Sí mismo una gloriosa
iglesia, los fieles de todas las edades, la compra de Su sangre, no teniendo falla o arruga, sino que santa y sin mancha.
Sustento bíblico:
Génesis 12:3
Hechos 7:38
Efesios 4:11-15
Efesios 3:8-11
Mateo 28:19,20
Mateo 16:13-20
Mateo 18:18
Efesios 2:19-22
Efesios 1:22,23
Efesios 5:23-27
Colosenses 1:17,18
13. El Remanente y Su Misión
La iglesia universal es compuesta de todos aquellos quienes verdaderamente creen en Cristo. En los últimos días cuando
la apostasía se ha generalizado de tal manera, un remanente ha sido llamado fuera para guardar los mandamientos de Dios y
la fe de Jesús. Este remanente anuncia la llegada de la hora del juicio, proclama la salvación por medio de Cristo, y da voz
del pronto advenimiento de Él. Esta proclamación es simbolizada por los tres ángeles de Apocalipsis 14. Coincide con el juicio
investigador en el cielo y produce una obra de arrepentimiento y reforma en la tierra. Todo creyente es llamado a tener una
parte personal en esta testificación mundial.
Sustento bíblico:
Apocalipsis 12:17
Apocalipsis14:6-12
Apocalipsis 18:1-4
2Corintios 5:10
Judas 3 & Judas 14
1Pedro 1:16-19
2Pedro 3:10-14
Apocalipsis 21:1-14
14. Unidad en el Cuerpo de Cristo
La iglesia es un cuerpo con muchos miembros, llamados de toda nación, tribu, lengua, y pueblo. En Cristo somos una nueva
criatura, sin distinciones de raza, cultura, educación, y nacionalidad, sin diferencias entre alto y bajo, rico y pobre, hombre
y mujer, no debe haber división entre nosotros. Somos todos iguales en Cristo, quien por un solo Espíritu nos ha enlazado
en compañerismo con Él y los unos con los otros. Estamos para servir y ser servidos sin parcialidad o reservas. Por medio
de la revelación de Cristo Jesús en las Escrituras compartimos la misma fe y esperanza, y unidos damos un mismo testimonio
al mundo. Esta unidad tiene su fuente en la perfecta unión de los miembros de la Deidad, que nos han adoptado como sus hijos.
Sustento bíblico:
Romanos 12:4,5
1 Corintios 12:12-14
Mateo 28:19,20
Salmos 133:1,2
2 Corintios 5:16,17
Hechos 17:26,27
Gálatas 3:27,29
Colosenses 3:10-15
Efesios 4:14-16; 4:1-6
Juan 17:20-23
15. El Bautismo
Con el bautismo confesamos nuestra fe en la muerte y resurrección de Cristo Jesús, y testificamos de nuestra muerte al
pecado y de nuestra intención de caminar en una vida nueva. Así reconocemos a Cristo como Señor y Salvador, nos convertimos
en sus criaturas, y somos recibidos como miembros en Su iglesia. El bautismo es símbolo de nuestra unión con Cristo, del perdón
de nuestros pecados, y de nuestra recepción del Espíritu Santo. Es por inmersión en agua y dependiente de una afirmación de
la fe en Jesús y un arrepentimiento de pecados evidente. Sigue la instrucción en las Santas Escrituras y aceptación en sus
enseñanzas.
Sustento bíblico:
Romanos 6:1-6
Colosenses 2:12,13
Hechos 16:30-33
Hechos 22:16
Hechos 2:38
Mateo 28:19,20
1 Cor. 10: 16
Gál 3: 27;
21. La Mayordomía
Somos los mayordomos de Dios a quienes Él ha confiado tiempo y oportunidades, habilidades y posesiones, y las bendiciones
de la tierra y sus recursos. Somos responsables ante Él por su uso apropiado. Reconocemos que Él es dueño por medio de nuestro
servicio fiel a Él y a nuestro prójimo, y por la devolución del diezmo y dando ofrendas para la proclamación de su Evangelio,
y el sostén y crecimiento de su Iglesia. La mayordomía es un privilegio dado por Dios para nutrirnos en amor y para la victoria
sobre el egoísmo y la codicia. El mayordomo se regocija con las bendiciones que otros reciben como resultado de su fidelidad.
Sustento bíblico:
Génesis 1:26-28
Génesis 2:15
1Crónicas 29:14
Hageo 1:3-11
Malaquías 3:8-12
1Corintios 9:9-14
Mateo 23:23
Romanos 15:26,27
2Corintios 8:1-15
22. La Conducta Cristiana
Somos llamados a ser personas devotas quienes piensan, sienten, y actúan en armonía con los principios celestiales. Para
que el Espíritu pueda recrearnos en el carácter de nuestro Señor debemos envolvernos en esas cosas que producirán la pureza,
salud, y gozo cristiano en nuestras vidas. Esto significa que nuestro recreo y entretenimiento debe de cumplir los estandartes
más altos del paladar y la belleza cristiana. Mientras reconocemos las diferencias culturales nuestra vestimenta ha de ser
simple, modesta, y primorosa, conveniente de cuales la verdadera belleza no consiste de un adorno superficial sino en la ornamentación
imperecedera de un espíritu manso y quieto. Esto también significa que porque nuestros cuerpos son templos del Espíritu Santo
debemos de cuidarlos sabiamente. Junto con ejercicio y descanso adecuado debemos de adoptar la dieta más saludable posible
y abstener de comidas inmundas identificadas en las Escrituras. Ya que las bebidas alcohólicas, el tabaco, y el abuso de las
drogas y narcóticos son dañinas a nuestros cuerpos debemos abstener de ellas también. En cambio, debemos ocuparnos en todo
lo que traiga a nuestras mentes y cuerpos a la disciplina de Cristo quien desea nuestro gozo y bienestar.
Sustento bíblico:
Romanos 12:1,2
1Juan2:6
Efesios 5:1-21
Filipenses 4:8
2Corintios 10:5
2Corintios 6:14-7:1
1Pedro 3:1-4
1Corintios 6:19,20
1Corintios 10:31
Levítico 11:1-47
3Juan 2
23. El Matrimonio y la Familia
El matrimonio fue divinamente establecido en el Edén y confirmado por Jesús como unión para toda la vida en compañerismo
amoroso de un hombre y una mujer. Para el cristiano el compromiso de matrimonio es tanto ante Dios como ante el cónyuge, y
debería realizarse entre parejas que comparten la misma fe. El mutuo amor, la honra, el respeto, y la responsabilidad son
la fábrica de esta relación la cual ha de reflejar el amor, la santidad, intimidad, y permanencia de la relación entre Cristo
y su iglesia. Sobre el divorcio, Jesús enseño que la persona que se divorcia de su cónyuge para casarse con otro, excepto
en caso de fornicación, comete adulterio. Aunque algunas relaciones familiares pueden estar lejos de lo ideal, los matrimonios
que se entregan completamente uno al otro en Cristo puede realizar una unidad amorosa por medio de la dirección del Espíritu
y la educación de la iglesia. Dios bendice a la familia y intenta que su membresía asista el uno al otro hacia la madurez
completa. Los padres han de criar a sus hijos para amar y obedecer al Señor. Por su ejemplo y sus palabras ellos han de enseñarles
que Cristo es un disciplinario amoroso, siempre haciendo y cuidando, quien quiere que ellos sean miembros de su cuerpo, la
familia de Dios. Aumentando la cercanía familiar es un distintivo de este mensaje evangelístico final.
Sustento bíblico:
Génesis 2:18-25
Mateo 19:3-9
Juan 2:1-11
2Corintios 6:14
Efesios 5:21-33
Mateo 5:31,32
Marcos 10:11,12
Lucas 16:18
1Corintios 7:10,11
Éxodo 20:12
Efesios 6:1-4
Deuteronomio 6:5-9
Proverbios 22:6
Malaquías 4:5,6
24. El Ministerio de Cristo en el Santuario Celestial
Hay un santuario en el cielo, el verdadero tabernáculo el cual el Señor levantó y no el hombre. En él Cristo intercede
por nuestra parte haciendo disponible a todos los creyentes el beneficio de su sacrificio expiatorio ofrecido por todos en
la cruz. Fue investido como nuestro sumo sacerdote y comenzó su ministerio de intercesión en el momento de su ascensión. En
1844 al final de los 2.300 días proféticos, inició la segunda y última fase de su ministerio de expiación. Esta es una obra
del juicio investigador que forma parte del desenlace definitivo de todos los pecados, tipificado por la purificación en el
antiguo santuario hebreo en el día de las expiaciones. En ese típico servicio el santuario era lavado con la sangre de los
animales sacrificados, pero lo celestial es purificado con el perfecto sacrificio de la sangre de Jesús. El juicio investigador
revela a los seres celestiales quienes de los que duermen con los muertos son de Cristo y así en Él, son juzgados dignos de
tener parte en la primera resurrección. También manifiesta quienes de los vivos cumplen con Cristo, guardando los mandamientos
de Dios y la fe de Jesús. Así en Él están preparados para el traslado a su reino eterno. Este juicio vindica la justicia de
Dios al salvar los que creen en Jesús. Declara que aquellos quienes han permanecido fieles a Dios recibirán el reino celestial.
La realización del ministerio de Cristo marcará el cierre del tiempo de gracia para el hombre y señala la Segunda Venida.
Sustento bíblico:
Hebreos 8:1-5
Hebreos 4:14-16
Hebreos 9:11-28
Hebreos 10:19-22
Hebreos 1:3
Hebreos 2:16,17
Daniel 7:9-27
Daniel 8:13,14
Daniel 9:24-27
Números 14:34
Ezequiel 4:6
Levítico 16
Apocalipsis 14:6,7
Apocalipsis 20:12
Apocalipsis 14:12
Apocalipsis 22:12
25. La Segunda Venida de Cristo
La segunda venida de Cristo es la esperanza bendita de la iglesia, el gran clímax del evangelio. La venida del Salvador
será literal, personal, visible, y mundial. Cuando Él regrese, los muertos justos serán resucitados y juntos con los vivos
justos serán glorificados y llevados al cielo, pero los impíos vivos morirán. El cumplimiento casi completo de la mayor parte
de las profecías junto con la condición hoy día del mundo, indican que la venida de Cristo es inminente. La hora y el tiempo
de ese evento no han sido revelados, pero somos exhortados a estar listos a todo tiempo.
Sustento bíblico:
Tito 2:13
Hebreos 9:28
Juan 14:1-3
Hechos 1:9-11
Mateo 24:14
Apocalipsis 1:7
Mateo 24:43,44
Mateo 26:64
1Tesalonicenses 4:13-18
1Corintios 15:51-54
1Tesalonicenses 1:7-10
1Tesalonicenses2:8
Apocalipsis 14:14-20
Apocalipsis 19:11-21
Mateo 24
Marcos 13
Lucas 21
2Timoteo 3:1-5
1Tesalonicenses 5:1-6
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