La voz
profética de Cristo ha dicho, Señor y Dios nuestro ha
dicho y será predicado este evangelio del reino en todo
el mundo, para testimonio a todos los gentiles, entonces
vendrá el fin.
Chorrillos, no sería la excepción en la misericordia del
Omnipotente Dios que es Padre, Creador y Salvador de
todos los hombres.
Al
hacer reminiscencia de los pioneros adventistas del 7º
día en este tradicional balneario del sur de la
capital, nos ubicaremos retrospectivamente en la mitad
de la década de los años treinta.
En la calle Bogotá, en un corralón sin número, allí
Fortunato Gutiérrez Quispe, natural de Ayacucho, de
ocupación agricultor, hombre de profunda convicción
cristiana e infatigable predicador, sienta su cuartel de
cruzada evangélica en la casa del creyente, Sr. Juan
Terrazos, obrero de la municipalidad de este distrito
chorrillano.
Eran los tiempos en que el evangelio se consideraba
herejía y los practicantes anatema, solamente el valor y
la seguridad de ser servidores del Dios Viviente a favor
del prójimo, los sostuvo incólume, la decisión férrea y
el trabajo misionero constante de estos dos queridos y
recordados hermanos, a la postre dio sus frutos pues se
convirtieron la familia Curi Santosa Huamán, Felipe
Terrazos, Carlos Alejos y la familia Zorrilla.
Las
humillaciones y escarnios de que eran objeto por el
prejuicio del pueblo propiamente católico romano, la
pérdida del primer amor a la causa, y la falta de unidad
fraternal, más el terremoto del año de 1940 en que el
distrito de Chorrillos, quedó casi destruido, el pequeño
grupo se dispersó.
Pero la voz del Altísimo ha dicho, porque como desciende
de los cielos la lluvia y la nieve y no vuelve a ella,
sino que harta la tierra y la hace germinar, producir y
da cimiente al que siembra y pan al que come.
Así
será mi palabra que sale de mi boca no volverá a mi
vacía, antes hará lo que yo quiero y será prosperada en
aquello a que lo envié.
La
verdad estaba sembrada y sus rayos de luz permanecían en
el corazón de algunas personas sinceras, así pues el año
de 1948, como el ave Fénix de la mitología se levanta
rejuvenecida de las cenizas. Así más esplendorosa que
ésta fantasía, Dios volvería a levantar otra familia
adventista, de la cual hoy somos sus continuadores.
En
la fecha indicada, Fortunato Gutiérrez Quispe, que había
vuelto de Cuayo, nuevamente empieza su labor misionera,
esta vez con la colaboración del Ingeniero Muñoz,
miembro de la iglesia de Miraflores, que le facilita un
cuarto de su propiedad en la Av. Argentina # 178 –
Chorrillos, para que los nuevos conversos realicen sus
cultos.
Conforme a la promesa de Dios, su Santa Palabra comenzó
nuevamente a dar frutos que fueron: María R. de
Aparicio, Rosa Aparicio, Nicolasa Castañeda, Francisco
Boñe, Andrea Grandez, Delia de Burbank, Urías Florindez,
Juana Sotomayor de Chávez, Toribia de Lucero, Estefanía
de Paz, Ricardina Rubio de Caldas, Gladis Cooper, Manuel
Lucas Navarro, Susana Moleros de Lucas, Héctor Moleros,
Ramón Caldas Príncipe, Alejandro Lucas Navarro.
En
el año 1950, el grupo adventista de Chorrillos, fue
reconocido y organizado como tal por la administración
de la misión, quedando dependiente de la iglesia de
Miraflores, la primera junta directiva quedó conformada
así:
Fortunato Gutiérrez Quispe: Director de Grupo y
Tesorero.
Nicolasa Castañeda: Directora de Escuela
Sabática.
Sara Gutiérrez: Secretaría.
Primer Misionero de profesión Pablo Silva, enviado para
colaborar en los cultos sabáticos y adoctrinamiento.
El
primer bautismo del grupo se realizó el 1º de enero de
1954 en Miraflores, en la pileta de la residencia del
recordado educador y hermano en la fe, el Dr. León. El
oficiante fue el pastor de nacionalidad Argentina Isaías
Ramos, los bautizados fueron: María Romero de Aparicio,
Rosa Aparicio Romero, Sara Gutiérrez, Elías Castañeda, y
el matrimonio Henríquez – Julca, convertidos en la
iglesia de Huaral.
Dentro de las
múltiples necesidades del grupo, uno fue el no tener
lugar propio, por tal motivo desde sus inicios la
feligresía se propuso ahorrar con mentalidad futurista
para tener un templo propio, para tal fin cada sábado se
recogía una ofrenda especial con el lema “un centavo más
para Cristo” la misma que se depositaba en el Bando del
Progreso de Miraflores.
La falta de
propiedad hizo que el grupo estuviera en constante éxodo
un tiempo aquí y otro allá, de la Av. Argentina se pasó
a la calle Miguel Iglesias de aquí se volvió Al lugar de
fundación ampliado tres veces, más tarde se fue
desalojado con las pertenencias en la calle por el
consejo municipal, las causas fueron el ensanchamiento
de la Av. Para embellecimiento urbano del distrito.
En aquellos
años el grupo pertenecía al distrito misionero de la
iglesia de la Aurora. Y era el tiempo en que se estaba
lotizando la Urb. Matellini, entonces la hermandad del
grupo con el asesoramiento del pastor Budy Rivas de
nacionalidad ecuatoriana, ante la directiva de la misión
y con el visto bueno de la misma y previo acuerdo de sol
por sol, invertir los ahorros acumulados arriba
mencionados en la compra de dos terrenos juntos de 160
mt2. Cada uno en la 3º zona de esta Urbanización
Matellini.
Con motivo del
desalojo, la hermandad del grupo asistió a la iglesia de
la Aurora año u medio. Esta contingencia y distancia en
nada menguó la fe de los hermanos.
Corrían los
años de 1975, el pastor Budy Rivas, hizo contacto con
los líderes de la iglesia Metodista de Chorrillos,
signada con el · 555 de la Av. Huaylas y logró que se
nos prestase su capilla previa condición, se daría como
compensación, una ofrenda voluntaria y se ocuparía
solamente los días sábados y sin hacer ninguna otra
actividad, permanencia que duró dos años.
De aquí se pasó
al asentamiento humano de Armatambo, al domicilio de
nuestro hermano Juan Alcarraz, quien juntamente con su
esposa Yolanda nos cedieron generosamente y sin
condiciones casi toda su casa para la celebración de
todos los cultos acostumbrados
A
comienzos del año 1978, se pone a la venta el terreno
asignado con el # 569 de la Av. Huaylas con un metraje
de 10 mt de frontera por 50 de largo haciendo un total
de 500 metros cuadrados.
La
oportunidad había llegado, para cristalizar los caros
anhelos de muchos años, un lugar céntrico con vías de
comunicación a toda hora y de norte a sur sin riesgo de
perderse, oportunidad de poseer un terreno propio para
levantar un templo monumento para la gloria y honra del
Dios viviente y refugio para aquellos que buscan la
salvación.
Una
vez más la hermandad del grupo por medio de su
representación, la junta directiva se pone de acuerdo
con el pastor distrital, Budy Rivas y concertan una
entrevista con el presidente de la Asociación Central,
pastor Haroldo Morán, después de un diálogo alturado y
visionario, considerando que Chorrillos ha crecido
geográfica y demográficamente y que aún puede ser
constituido un nuevo distrito misionero por sus alcances
que ahora ofrece, se llegó a feliz término, en que se
haría las gestiones convenientes para la compra del
terreno ubicado en la Av. Huaylas 569.
Para tal efecto se vendieron los lotes de la
urbanización Matellini, más la ayuda económica de la
Asociación y de la iglesia de Miraflores, a quien
nuevamente pertenecemos como distrito misionero, por
petición de la Asociación y por consentimiento nuestro
se verificó la compra y venta de dicho terreno con la
asesoria en lo legal conforme a ley con los servicios
del Dr. Max Mallqui, procurador de los vienes raíces de
la iglesia en nuestro país.
Verificado el negocio. La Asociación Peruana Central,
hizo derrumbar el cerco antiguo para levantar paredes
nuevas y columnas como ahora se conoce.
No
fue fácil entrar en posesión de esta propiedad, las
personas que la ocupaban se creían con derechos de
legitimidad por lo cual hicieron juicio que duró tres
años.
El
día 02 de abril de 1981 a horas 10 am con la presencia
del juez coactivo, oficiales de la guardia civil de
Chorrillos, el presidente de la Asociación pastor
Arnaldo Enríquez Valencia; Celso Moreno, procurador; el
director del grupo, Juan Alcarraz y el que escribe esta
historia (Aquiles Henríquez), se procedió al desalojo y
ocupación del terreno en cuestión.
Y
llegamos al año 1983, la iglesia de Miraflores convino
en realizar una campaña evangelizadora mediante
conferencias culturales, familiares y religiosas por
espacio de tres meses, para dicho evento primeramente
construyó un salón de actos, el que ahora ocupamos, se
levantó una carpa en el interior del terreno, se hizo
propaganda masiva por medio de visitación personal,
encuestas de los temas a tratarse, cartelones, tratados,
programas y perifoneo.
Las
conferencias se presentaron bajo los auspicios del
Instituto Peruano de Bienestar Integral, con el lema “Es
hora de Vivir”. El conferenciante y director de las
conferencias fue el pastor Diego Delgado, colaborador
del pastor Orlando Ramos Giles, y el misionero Ariel
Tenorio, ayudantes e instructores. Srtas. Luz Regalado y
Elena Echegaray y los jóvenes estudiantes y egresados
del Colegio Teológico Unión, hoy universidad. Héctor
Medina, Pedro Huaringa, Ricardo Valdez, Edison Choque y
Víctor Infante.
El
día 16 de agosto de
1983 se inauguró las
conferencias a horas 7.30 pm con un lleno total de la
carpa y visitas de altos dignatarios de la iglesia,
estuvieron el presidente de la Unión Incaica, el pastor
Enrique Berg y el de la Asociación Peruana Central,
pastor Arnaldo Enríquez Valencia, representantes de todo
el distrito misionero, y el Sr. Pablo Gutiérrez Weselby,
alcalde del Honorable Consejo de Chorrillos, quien hizo
uso de la palabra destacando la labor encomiable de la
iglesia presentando enseñanzas de vital importancia para
las familias, la juventud y otras esferas sociales.
Las
conferencias a partir de la fecha indicada se realizaron
a dos turnos con gran aceptación de la población, los
frutos no se hicieron esperar y los resultados fueron
óptimos.
Rindieron sus vidas a los pies de Cristo como su
Salvador personal 146 preciosas almas, uniéndose a la
iglesia mediante el rito bautismal por inmersión; 112
que se bautizaron en la pileta del Cultural Lima,
ubicado en la urbanización Villa Marina y los restantes
en la iglesia de Miraflores.
A fines de Noviembre
terminaron las conferencias y el pastor Orlando Ramos,
continuó fortaleciendo en la fe a los nuevos conversos,
quedando finalmente como misionero del flamante grupo el
profesor y teólogo Darío Zúñiga Castillo, quien contrajo
matrimonio con la Srta. Esther Lucas Molero en la
universidad de Ñaña, poco tiempo después fue enviado a
trabajar a Cerro de Pasco, en su reemplazo está Oscar
Chileno Castillo, gestor propulsor del bautisterio y de
las cortinas que admiramos y apreciamos con sumo gozo y
que quedará como gratísimo recuerdo de esta ceremonia de
inauguración y organización de Iglesia.
El
camino recorrido hasta hoy no ha sido fácil, ha habido
momentos felices y otros tristes, el año 68 la iglesia
afronta un cisma, por un falso reavivamiento a escala
nacional, rebelión que afectó tremendamente al grupo de
Chorrillos, pues la mayoría de sus miembros se
dispersaron, pero la mano poderosa de Dios sostuvo a los
que permanecieron fieles.
También se ha sentido el amargo dolor de la pérdida
irreparable por la muerte de varios de sus miembros que
son los siguientes; Alejandro Hernández, Nicanor Curi,
Salomón Castañeda, Urías Chicuala, y Fortunato Gutiérrez
Quispe, fallecido en Lurín a la edad de 96 años, y las
hermanos María Barrios, Zara Aparicio, Juana de Curi,
Grimadesa Polo de Curiel, Leudecia de Zúñiga, Vita viuda
de Figueroa y Ricardina Julca de Enríquez.
Ellos y ellas queridos y siempre recordados, hermanos y
hermanas que vivieron una existencia digna de ser
imitada legándonos un permanente ejemplo de fe y
fidelidad, decimos con el salmista a sus familiares como
homenaje póstumo a la memoria de los caídos pero no
vencidos.
“Estimada es en los ojos de Jehová la muerte de sus
santos” Salmos 116: 15, también la oportunidad es
propicia para recordar a aquellos hermanos conocidos
como el director de grupo, que con el correr de los años
han sido muchos y que por el tiempo y fragilidad de la
memoria no podremos mencionarlos a todos, reconocemos
que después de Dios y el consejo de su Santa Palabra,
ellos nos animaron, consolaron y ayudaron al
fortalecimiento de nuestra fe en los momentos de
incertidumbre, dudas, tristezas y miserias. A todos
ellos nuestra gratitud y nuestro permanente recuerdo.
Directores de Grupo de 1948 a 1985: Fortunato Gutiérrez
Quispe, Juan Neira, Máximo Vicuña Arrieta, Máximo
Galarza, Rodolfo Salazar Canales, Celso Pérez Isla,
Laberiano Gonzáles, Juan Alcarraz, Gregorio Dávila
Florindez y el autor de esta historia (Aquiles
Enríquez).
Los
miembros del año 1948, fusionados con los del año 83,
forman la actual familia adventista del 7º día en este
floreciente y renovado distrito de Chorrillos.
Esta fecha, 19 de Octubre de 1985, marcará un hito más
en nuestra trayectoria y a la vez un reto para la
flamante iglesia en la prosecución de “Id y predicad”
Seguro es, nada podrá detener los planes y propósitos
del Omnipotente Dios Señor Rey del universo.
Cerraré estas reminiscencias con el cantor de Israel,
diciendo: “El consejo de Jehová permanecerá para
siempre, los pensamientos de su corazón por todas las
generaciones.
Bienaventurada la gente cuyo Dios es Jehová, el pueblo
que él escogió como heredad para sí”
Salmos 33: 11,12
Amen.
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