"Se empleaba la música con un
propósito santo, para elevar los pensamientos hacia
aquello que es puro, noble y enaltecedor, y para
despertar en el alma la devoción y la gratitud hacia
Dios" (Patriarcas y profetas, p. 644). Jesús "mantenía
comunión con el Cielo mediante el canto" (El Deseado de
todas las gentes, p. 54).
La música es una de las artes más sublimes. La buena
música no sólo proporciona placer, sino que también
eleva la mente y cultiva las m finas cualidades. Dios us
a menudo los cantos espirituales para conmover el
corazón de los pecadores y llevarlos al arrepentimiento.
La música degradada, por el contrario, destruye el ritmo
del alma y quebranta la moralidad.
Debe ejercerse gran cuidado en la elección de la música.
Cualquier melodía que participe de la naturaleza del
jazz, el rock u otras formas híbridas semejantes, o
cualquier expresión del lenguaje que se refiera a
sentimientos tontos y triviales, serán rehuidas por las
personas verdaderamente
cultas. Usemos sólo buena música en el hogar, en las
reuniones sociales, en la escuela y en la iglesia.
(Véanse las pp. 73, 74.)
|