La comisión que el Salvador dio a la iglesia, de llevar
el evangelio a
todo el mundo (Mat. 28:19, 20; Mar. 16:15), comprenda no
solo la predicación del mensaje sino también asegurar el bienestar de
quienes lo aceptaban.
Esto implicaba dar atención pastoral, proveer un lugar de
acomodación para el rebaño y también resolver los problemas de
relaciones humanas.
Una situación tal exigía organización.
Al principio, los apóstoles constituyeron un concilio que
dirigía las
actividades de la naciente iglesia desde Jerusalén
(Hech. 6:2; 8:14). Cuando
el grupo de aquella ciudad llegó a ser tan numeroso que
la administración
de sus asuntos prácticos se convirtió en un problema,
eligieron diáconos
para que se encargaran de los asuntos administrativos de
la iglesia (Hech.6:2-4).
Más tarde surgieron otras congregaciones, no solamente
en Asia, sino
en Europa, y esto requirió nuevas providencias en materia
de organizacin.Encontramos que, en Asia Menor, se ordenaron ancianos en
todas las iglesias
(Hech. 14:23). Parece evidente también, al leer el
registro divino, que
la extensión de la obra por las distintas provincias del
Imperio Romano exigió la organización de iglesias en lo que podríamos
llamar asociaciones,
las que, al parecer, incluían las iglesias de una
determinada provincia,
tal como en el caso de "las iglesias de Galacia" (Gl.
1:2). As, paso a paso,
fue organizándose la iglesia primitiva. A medida que
surgían las necesidades,
Dios guiaba y dirigáa a los dirigentes de su obra, de
modo que, en consejo
con la iglesia, se fue desarrollando una forma de
organización que salvaguardó
los intereses de la obra de Dios al extenderse a todos
los pases.
Formas de gobierno eclesiástico
Existen cuatro formas generalmente reconocidas de
gobierno eclesiástico, que pueden resumirse como sigue:
1. La episcopal, o forma de gobierno eclesiástico
mediante obispos, y
en la que hay, por lo común, tres órdenes de ministros, a
saber: obispos,
sacerdotes y diáconos.
2. La papal, o forma de gobierno eclesiástico en la que
el papa está
investido con autoridad suprema. El papa gobierna a la
iglesia por intermedio
de los cardenales, arzobispos, obispos y sacerdotes. Ni
la iglesia local,
ni los miembros individuales tienen autoridad en la
administración de
la iglesia.
3. La independiente, o forma de gobierno eclesistico que
considera a
la congregación de la iglesia local como autoridad
suprema y final dentro
de su propia jurisdicción. Este sistema se conoce
generalmente como congregacionalista.
4. La representativa, o forma de gobierno eclesistico
que reconoce
que la autoridad de la iglesia descansa en sus miembros,
quienes delegan la
responsabilidad ejecutiva para el gobierno de la iglesia
en los cuerpos representativos
y en los dirigentes elegidos para ello. Esta forma de
gobierno
eclesistico reconoce también la igualdad de la
ordenación
de todo el ministerio.
El sistema representativo de gobierno eclesistico es el
que prevalece
en la Iglesia Adventista del Séptimo Día.
Los cuatro niveles organizacionales de la Iglesia
Adventista
En el sistema de gobierno eclesiástico de la iglesia
adventista existen
cuatro cuerpos representativos, o niveles
organizacionales, que van desde el
creyente individual hasta el organización mundial de la
obra de la Iglesia:
1. La iglesia local, que es un cuerpo organizado y unido
de creyentes
individuales.
2. La Asociación o Misión/Campo local, que es un cuerpo
organizado
y unido de iglesias en el territorio de un estado, una
provincia o una región.
3. La Unión-asociación o la Unión-misión, que es un cuerpo
unido de
asociaciones, misiones o campos dentro de un territorio
mayor.
4. La Asociación General, que es la unidad mayor de la
organización, abarca todas las uniones, en todas las partes del
mundo. Las divisiones
son secciones de la Asociación General, con
responsabilidad administrativa
para una determinada zona geográfica.
"Cada miembro de la iglesia tiene voz para elegir los
dirigentes de
ella. La iglesia elige a los dirigentes de las
asociaciones locales. Los delegados
elegidos por las asociaciones locales eligen los de las
uniones; y los
delegados elegidos por las uniones eligen a los
dirigentes de la Asociación
General. Con este arreglo, toda Asociación, institución,
iglesia e individuo,
sea directamente o por medio de sus representantes,
tiene voz en la elección
de los hombres que llevan las responsabilidades
principales en la Asociación General (Joyas de los testimonios, t. 3, p. 241).
Las instituciones de la iglesia
Dentro de esos cuatro niveles organizacionales, la
iglesia administra
diferentes instituciones. Los adventistas del séptimo
día, como seguidores
de Cristo, vemos en la comisión evangélica y en el
ejemplo del Seor y de
sus apóstoles, la responsabilidad de servir a la persona
como un todo. Por
lo tanto, la iglesia sigue en su obra mundial el modelo
que utilizó en sus orígenes en lo que se refiere al desarrollo de
instituciones educacionales, medicas, de publicaciones y otras.
En nuestra teología y filosofa de administración de la
iglesia, tales
instituciones fueron siempre parte integrante de la
iglesia, instrumentos directos
en el cumplimiento de su divina misión. Por lo tanto, la
Iglesia Adventista
del Séptimo Día utiliza las instituciones que denominacionalmente
posee y administra, tales como las instituciones medicas,
las casas editoras,
las fabricas de productos saludables y las instituciones
educacionales, como
partes integrantes destinadas a llevar a cabo los
ministerios en favor de la
salud, las publicaciones y la enseñanza; y por lo tanto,
tales instituciones
son indispensables e inseparables del ministerio total
de la iglesia para llevar
el evangelio a todo el mundo.
Las múltiples unidades de la iglesia mundial, ya sean
congregaciones,
asociaciones, instituciones medicas, casas editoras,
instituciones educacionales
u otras entidades, encuentran su unidad organizacional
en la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día, en la que están representadas.
La iglesia mundial actúa por medio de ellas, en el
nombre de Cristo,
para enfrentar las necesidades de un mundo perturbado.
La Asociación General es la autoridad suprema
La Asociación General sesionando en congreso mundial, y
la Junta
Directiva de la misma en los intervalos entre congresos,
es la m‡s alta unidad
organizacional en la administración de la obra mundial de
la iglesia, y
está autorizada por sus estatutos a crear organizaciones
subordinadas para
promover los intereses específicos en las diversas
regiones del mundo. Se
entiende, por lo tanto, que todas las organizaciones e
instituciones subordinadas,
en todo el mundo, reconocer‡n a la Asociación General
como la autoridad suprema, después de Dios, entre los adventistas
del séptimo día.
Cuando surgen divergencias en las organizaciones o en
las instituciones, o
entre ellas, es apropiado apelar a la organización
inmediata superior, hasta
llegar a la Asociación General sesionando en congreso, o
a su Junta Directiva
sesionando en Concilio Anual. Durante el intervalo que
media entre
los congresos, la Junta Directiva de la Asociación
General es el cuerpo con
autoridad final para resolver todas las diferencias de
puntos de vista que
puedan producirse. La decisión de la Junta Directiva
puede ser revisada en
un congreso de la Asociación General o en un Concilio
Anual de la Junta
Directiva.
"Se me ha indicado muchas veces que ningún hombre debe
renunciar
a su juicio para ser dominado por el de cualquier otro
hombre. Nunca debe
considerarse que la mente de un hombre o la de unos
pocos hombres se
basta en sabiduría y poder para controlar la obra y decir
qué planes deben
seguirse. Pero cuando en un congreso de la Asociación
General se expresa
el juicio de los hermanos congregados de todas partes
del campo, la independencia
y el juicio particulares no deben sostenerse con
terquedad, sino
entregarse. Nunca debe un obrero tener por virtud el
persistir en una actitud
independiente contra la decisión del cuerpo general.
"A veces, cuando un pequeño grupo de hombres encargados
del manejo
general de la obra procuró ejecutar en nombre de la
Asociación General
planes imprudentes y restringir la obra de Dios, he
dicho que ya no podía considerar voz de Dios la de la
Asociación General
representada por
estos pocos hombres. Pero esto no es decir que no deban
respetarse las decisiones
de un congreso de la Asociación General compuesto de una
asamblea
de hombres debidamente nombrados como representantes de
todas
partes del campo. Dios orden que tengan autoridad los
representantes de
su iglesia de todas partes de la tierra, cuando están
reunidos en el congreso
de la Asociación General. El error que algunos se hallan
en el peligro de
cometer estriba en dar a la mente y al juicio de un solo
hombre o de un peque
o grupo de hombres, la plena medida de autoridad e
influencia que
Dios ha investido en su iglesia, en el juicio y la voz
de la Asociación General
congregada para planear la prosperidad y el progreso de
su obra.
"Cuando este poder con que Dios invistió a la iglesia se
concede totalmente
a un hombre, y él asume la autoridad de ser juicio para
otras mentes,
entonces se halla trastrocado el verdadero orden bíblico.
Los esfuerzos que
haría Satanás para influir sobre la mente de un hombre
tal serían muy sutiles
y a veces casi abrumadores, porque el enemigo alentara
la esperanza de
poder afectar a muchos otros por su intermedio. Demos a
la más alta autoridad organizada de la iglesia aquello
que propendemos a dar a un hombre o
a un pequeño grupo de hombres" (Joyas de los testimonios,
t. 3, pp. 408,
409).
Autoridad de la iglesia y el Manual de la iglesia.
Fuente Manual de Iglesia
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