La Restauración de los Ofensores: Los miembros de la
iglesia no deben despreciar, aislar ni descuidar al
desfraternizado. Más bien, debieran procurar restaurar
su relación con Cristo a través del arrepentimiento y el
nuevo nacimiento. 2Cor.2:6-10; Apoc.3: 20. Es
precisamente y en forma especial por medio del acto de
restaurar pecadores a la comunión de la iglesia, como se
revelan el poder, la gloria y la gracia de Dios.
|