Los Adventistas del Séptimo Día creen
que hemos sido llamados a constituir un pueblo piadoso
que piensa, siente y actúa en armonía con los principios
del cielo. Con el fin de que el Espíritu Santo
reproduzca en nosotros el carácter de nuestro Señor, nos
ocupamos únicamente en actividades que produzcan pureza
cristiana, salud y gozo en nuestras vidas. Esto
significa que nuestras diversiones y entretenimientos
deben hallarse a la altura de las más elevadas normas de
la belleza y el gusto cristianos. Sin dejar de reconocer
las diferencias culturales, nuestra vestimenta debe ser
sencilla, modesta y presentable, como corresponde en el
caso de individuos cuya verdadera belleza no consiste en
el adorno exterior, sino en el ornato incorruptible de
un espíritu manso y apacible. Significa además que, por
cuanto nuestros cuerpos son templos del Espíritu Santo,
debemos cuidar de ellos en forma inteligente. Junto con
el descanso y el ejercicio adecuado, debemos adoptar el
régimen alimentario más sano posible, y abstenernos de
los alimentos impuros que identifican las Escrituras. Ya
que las bebidas alcohólicas, el tabaco y el uso
irresponsable de drogas y narcóticos son dañinos para
nuestro organismo, debemos abstenernos también de ellos.
En vez de usarlos, debemos ocuparnos en todo lo que
contribuya a colocar nuestros pensamientos y cuerpos
bajo la disciplina de Cristo, quien desea para nosotros
gozo, bondad y salud perfecta.
Romanos 12:1,2; Jn.17:15,16 ¿Cómo
debe el estilo de vida del cristiano diferenciarse del
que prevalece en el mundo? Los cristianos deben adoptar
un estilo de vida diferente, no con el fin de ser
diferentes, sino porque Dios los ha llamado a vivir en
base a principios.
Cristo es nuestro ejemplo. El vivió
tan completamente en el mundo, que sus contemporáneos lo
acusaban de ser “un hombre comilón y bebedor de vino”
(Mar.11:19), a pesar de que no lo era. Vivió de tal
manera en consonancia con los principios de Dios, que
nadie pudo hallarlo culpable de pecado (Jn.8:46)
La
Conducta y la Salvación
Al determinar qué conducta es
apropiada, debemos evitar los extremos. El primero es
aceptar los reglamentos y la aplicación de los
principios, transformándolos en un medio de salvación.
Pablo lo resume en Gálatas 5:4. El extremo opuesto
consiste en creer que, por cuanto las obras no salvan,
carecen por lo tanto de importancia, es decir, que lo
que un individuo hace, carece de significado. Pablo se
refiere a ello en Gálatas 5:13. Cuando cada miembro
sigue sus propios impulsos, “no hay en los cristianos
la disciplina mutua que prescribe Mat.18 y Gál.6:1,2. La
iglesia deja de ser el cuerpo de Cristo, dentro del cual
se manifiestan el amor y cuidados mutuos, y se convierte
en una colección de átomos individuales, cada uno de los
cuales sigue su propio camino sin sentir responsabilidad
alguna por sus semejantes ni aceptar ninguna
preocupación por ellos”
La conducta cristiana es un fruto
natural de al salvación, y se basa en lo que Cristo ya
logró realizar en nuestro favor en el Calvario.
Templos del Espíritu Santo
No sólo la iglesia, sino también el
individuo es un templo para la morada del Espíritu Santo
(1Cor.6:19).
La dicotomía entre lo espiritual y lo
material es ajena a la Biblia. Así, el llamado que Dios
hace a la santidad envuelve un llamado a disfrutar de
salud tanto física cono espiritual. Cualquier cosa que
debilite la razón, perjudique la sensibilidad de la
conciencia, oscurezca nuestro sentido de Dios, y
disminuya la fortaleza y la autoridad que debe tener
nuestra mente sobre el cuerpo, es mala, no importa cuán
inocente pueda ser en sí misma.
La
Bendición de Dios para la Salud Total
La bendición del ejercicio:
El ejercicio no es simplemente una opción; es esencial
para mantener la salud óptima, tanto física como mental.
La actividad útil tiende a producir prosperidad; la
inactividad y la pereza tienden a la adversidad
(Prov.6:6-13; 14:23). Dios prescribió la actividad para
la primera pareja, el cuidado de su hogar, un jardín al
aire libre (Gén.2:5,15; 3:9). El mismo Salvador nos dio
ejemplo de actividad física. Durante la mayor parte de
su vida se ocupó en el trabajo manual como carpintero, y
durante su ministerio caminó por los senderos de
Palestina. El ejercicio es útil para gozar de mayor
energía, un cuerpo fuerte, alivio de la tensión entre
otros.
La bendición de la luz solar:
La luz es esencial para la vida (Gén.1:3). La luz
solar promueve la salud y el sanamiento.
La bendición del agua:
La práctica de beber 6 a 8 vasos de agua pura al día
ayuda a mantener la eficiencia y el bienestar. Otra
función del agua es su uso en la higiene personal así
como su efecto calmante.
La bendición del aire fresco:
El acto de respirar aire puro hace que nos sintamos en
más alerta, y despierta nuestros reflejos, a la vez que
contribuye al funcionamiento óptimo de cada célula.
La bendición de un vida
temperante, libre de drogas y estimulantes:
Las drogas han saturado nuestra sociedad; el café, el té
y las bebidas a base de cola contienen cafeína, y los
vinos con sabor de fruta contienen alcohol. El cristiano
sabio se abstendrá de todo lo que es perjudicial, y
usará con moderación únicamente lo que es bueno.
1.El tabaco:
El tabaco es un veneno lento que causa efectos
nocivos sobre los poderes físicos, mentales y morales.
Quienes usan el tabaco están cometiendo el suicidio
lento, que es una trasgresión (Éxo.20:13).
2.Las bebidas
alcohólicas:
Debido a que Dios se comunica con nosotros únicamente
por medio de nuestras mentes, es útil recordar que el
alcohol afecta en forma adversa cada una de nuestras
funciones mentales. El uso regular de bebidas
alcohólicas produce eventualmente la pérdida de la
memoria, el juicio y la capacidad de aprender.
3.Otras drogas y
narcóticos: Hay
muchas otras sustancias dañinas, a través de las cuales
Satanás procura destruir las vidas humanas.
La bendición del reposo:
El descanso adecuado es esencial para la salud del
cuerpo y la mente (Mar.6:31). Los periodos de reposo
proveen la quietud que tanto se necesita para mantener
nuestra comunión con Dios (Sal.46:10). Descansar
significa más que dormir o dejar de trabajar. Abarca la
forma en que usamos nuestro tiempo libre.
La recreación significa re-creación
en el sentido más literal de la palabra. La Biblia nos
ayuda a seleccionar nuestra recreación (1Jn.2:15,16).
1.Las películas, la
televisión, la radio y las cintas de video:
Los medios de comunicación pueden servir como excelentes
agentes educativos. El cristiano se apartará de
películas y programas de televisión enfermizos,
violentos, o sensuales (Fil.4:8)
2.La lectura y la
música: La
música es un don de Dios, capaz de inspirar pensamientos
puros, nobles y elevados. La buena música realza las más
excelentes cualidades de carácter. Por otra parte la
música degradante “destruye el ritmo del alma y
quebranta la moralidad”. El cristiano no escucha música
que tenga palabras o melodías sugestivas (Rom.13:11-14;
1Ped.2:11) La lectura también ofrece mucho que es de
valor. Las lecturas que edifican y elevan son las que
deben ser leídas por los cristianos.
3.Actividades
inaceptables:
Los juegos de azar, los naipes, la asistencia al teatro
y el baile deben evitarse (1Jn.2:15-17), así como la
contemplación de actividades deportivas violentas
(Fil.4:8)
La bendición de una
alimentación nutritiva:
La alimentación original dada por Dios al hombre
(Gén.1:29), tras el pecado se le añadió las plantas del
campo (Gén.3:18).
1.La alimentación
original: dada
por Dios consistente en cereales, frutas, nueces,
verduras, ofrece los ingredientes nutritivos correctos,
necesarios para promover la salud óptima.
2.Carnes limpias e
inmundas: Por
haber sido destruida toda la vegetación, Dios le
concedió a Noé y a su familia permiso para comer carne,
estipulando que no debían comer la sangre (Gén.9:3-5)
pero dejando en claro que solo debía comer los animales
limpios. Por naturaleza los animales inmundos producto
de sus hábitos, es más fácil que sean portadores de
enfermedades. Como principios de salud, estas leyes
relativas a la alimentación mantienen su calidad
obligatoria.
3.La regularidad,
la sencillez y el equilibrio:
Las reformas alimentarias que tienen éxito son
progresivas, y deben realizarse en forma inteligente. Es
necesario preparar en la forma más sencilla y natural
posible el alimento que consumimos, y para mayor
beneficio, debemos comer a intervalos regulares.
La bendición de una vestimenta
cristiana: Dios
proveyó los primeros ropajes para Adán y Eva.
1.La sencillez:
El testimonio cristiano requiere la sencillez, la
manera como nos vestimos demuestra ante el mundo qué y
quiénes somos, no como un requisito legal heredado de la
época victoriana, sino como una expresión de nuestro
amor por Jesús.
2.De elevada virtud
moral: Los
cristianos no desfiguran la belleza de sus caracteres
adoptando estilos de vestir que despierten la
concupiscencia de la carne (1Jn.2:16). Por cuanto desean
testificar ante sus semejantes, se visten y actúan de
manera modesta, sin acentuar las partes del cuerpo que
estimulan los deseos sexuales. La modestia promueve la
salud moral.
3.Práctico y
económico: Por
cuanto son mayordomos del dinero que Dios les ha
confiado, los cristianos practicarán la economía, sin
usar “oro, ni perlas, ni vestidos costosos” (1Tim.2:9).
Las prendas a comprar deben ser de buena duración y que
protejan al cuerpo como es debido.
4.saludable:
Los cristianos evitan los estilos de vestimenta que
no protegen adecuadamente el cuerpo, o que lo constriñen
o afectan en formas que causen el deterioro de la salud.
5.Caracterizado por
gracia y belleza natural:
Los cristianos comprenden la amonestación contra la
soberbia de la vida (1Jn.2:16). Cristo en Mat.6:29.
ilustró el hecho de que la percepción de belleza que
proviene del cielo se caracteriza por la gracia, la
sencillez, la pureza y la belleza natural. El despliegue
mundanal que se advierte en las modas pasajeras, no
tienen ningún valor a los ojos de Dios (1Tim.2:9)
a.El carácter
revela la verdadera belleza individual:
1Ped.3:3; 1Tim.2:9,10; Prov.15:13.
b.La sencillez
armoniza con la reforma y el reavivamiento:
Gén.35:2,4; Éxo.33:5,6; 1Cor.10:11.
c.La mayordomía
santificada requiere la disposición al sacrificio:
El uso de anillos, aretes, collares y brazaletes, así
como ostentosos prendedores de corbata, colleras
(gemelos, mancuernas) y broches –y cualquier otro tipo
de joyas cuya función principal sea la ostentación- es
innecesario y no se halla en armonía con el adorno
sencillo que urge la Escritura. La Biblia asocia el uso
de cosméticos llamativos con el paganismo y la apostasía
(2Rey.9:30; Jer.4:30). Por lo tanto en lo que se refiere
a los cosméticos, los cristianos deben mantener una
apariencia natural y saludable.
Los
Principios de las Normas Cristianas
En todas sus manifestaciones, el
estilo de vida del cristiano es una respuesta a la
salvación por medio de Cristo.
Viviendo con la mente y los
sentimientos de Cristo:
Fil.2:5; 1Cor.2:16
Toda verdadera obediencia proviene
del corazón. La de Cristo procedía del corazón.
Viviendo para alabar y
glorificar a Dios:
¡Dios ha hecho tanto por nosotros! Una forma en que
podemos demostrarle nuestra gratitud, es a través de
nuestra alabanza. Los salmos exaltan este aspecto de la
vida espiritual (Sal.63:2-5).
Vidas ejemplares:
Pablo dijo: “No seáis tropiezo” para nadie
(1Cor.10:32) (Hech.24:16). Si nuestro ejemplo hace que
otros pequen, nos convertimos en piedras de tropiezo
para aquellos por quienes Cristo murió. (1Jn.2:6)
Vidas dedicadas a la
ministración:
Una poderosa razón por la cual los cristianos viven como
lo hacen, es con el fin de salvar a los perdidos.
(1Cor.10:33; Mat.20:28)
Requerimientos y Principios
Debido al impacto que el estilo de
vida de un individuo causa en su experiencia espiritual
y su testimonio, en nuestra calidad de iglesia
organizada hemos establecido ciertos principios de vida
que sirven como requerimientos mínimos para la iglesia.
Los cuales incluyen: abstención de tabaco, bebidas
alcohólicas, sustancias químicas, y carnes de animales
inmundos, además de la evidencia de una experiencia
cristiana progresiva en lo que se refiere a la
vestimenta y el uso de nuestro tiempo libre.
El desarrollo de la conducta
cristiana es progresiva, pues implica una unión con
Cristo que dura toda la vida. La vida santificada no es
otra cosa que la entrega cotidiana de la voluntad al
control de Cristo, y la conformidad constante a sus
enseñanzas, las cuales él nos va revelando en nuestro
estudio de la Biblia acompañado de oración. Por cuanto
maduramos a ritmos diferentes, es importante que nos
abstengamos de juzgar a nuestros hermanos o hermanas más
débiles (Rom.14:1; 15:1).
Los cristianos que están unidos con
el Salvador tienen un solo ideal (1Cor.10:31)