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El Remanente y su Misión
Los Adventistas del 7º Día creen que La
iglesia universal está compuesta de
todos los que creen verdaderamente en
Cristo, pero en los últimos días, que
son una época de extensa apostasía, hay
un remanente que ha sido llamado para
guardar los mandamientos de Dios y la fe
de Jesús. Este remanente anuncia la
llegada de la hora del juicio, proclama
salvación por medio de Cristo, y levanta
su voz para anunciar la proximidad de su
segundo advenimiento. Esta proclamación
está simbolizada por los tres ángeles de
Apocalipsis 14; coincide con la obra de
juicio en el cielo y resulta en una obra
de arrepentimiento y reforma en la
tierra. A todo creyente se lo llama para
que tenga una parte individual en el
testimonio mundial de la iglesia.
Satanás en su guerra contra Jesús, usó
como su instrumento al Imperio Romano.
Apoc.12:1-17
-En la cruz Cristo derrotó a Satanás.
Refiriéndose a la crucifixión, Cristo
dijo: Jn.12:31
-La expulsión de Satanás del cielo
restringió su actividad. Ya no podría el
diablo acusar al pueblo de Dios ante los
seres celestiales.
-Al fin de esta experiencia en el
desierto, el pueblo de Dios emerge en
respuesta a las señales del pronto
retorno de Cristo. Juan lo identifica
como Apoc.12: 17
La Gran Apostasía:
La persecución de la iglesia cristiana
fue provocada en primer lugar por la
Roma pagana, y luego por una gran
apostasía dentro de sus propias filas.
Esta apostasía no vino por sorpresa,
puesto que Juan, Pablo y el mismo Señor
Jesús lo predijeron (Mat.24:
4,21-24,29,32,33; Hech.20:29,30)
-La apostasía debía ocurrir antes del
retorno de Cristo. 2Tes.2:3,4,9,10;
1Jn.4:1-3
El Surgimiento del Hombre de Pecado:
Al dejar la iglesia su primer amor (Apoc.2:
4), abandonó su pureza doctrinal, sus
elevadas normas de conducta personal y
el invisible vínculo de unidad que
proveía el Espíritu Santo. En el culto,
el formalismo reemplazó a la sencillez.
La popularidad y el poder personal
pasaron a determinar con creciente
influencia la elección de dirigentes,
los cuales primero asumieron autoridad
cada vez mayor dentro de la iglesia
local, y luego procuraron extenderla
sobre las iglesias vecinas.
La administración de la iglesia local
bajo la conducción del Espíritu Santo,
eventualmente se transformó en
autoritarismo eclesiástico a manos de un
solo oficial, el obispo, al cual cada
miembro de iglesia se hallaba
personalmente sujeto, y únicamente a
través del cual tenía acceso a la
salvación. De entonces en adelante, los
dirigentes pensaron solo en gobernar la
iglesia en vez de servirla, y el mayor
ya no era una que se consideraba siervo
de todos. De este modo se desarrolló
gradualmente el concepto de una
jerarquía eclesiástica que se interpuso
entre el individuo y su Dios.
A medida que se erosionaba la
importancia del individuo y de la
iglesia local, el obispo de Roma surgió
como el poder supremo de la cristiandad.
Con el apoyo del emperador, este obispo
o Papa fue reconocido como la cabeza
visible de la iglesia universal, y pasó
a estar investido de suprema autoridad
sobre todos los dirigentes eclesiásticos
del mundo.
Bajo la conducción del papado, la
iglesia cristiana se hundió cada vez más
en la apostasía. La popularidad
creciente de la iglesia aceleró su
descenso. Las normas rebajadas hicieron
que los inconversos se sintieran
confortables en la iglesia. Multitud di
individuos que comprendían muy poco del
verdadero cristianismo, se unieron a la
iglesia solo de nombre, llevando consigo
sus doctrinas paganas, sus imágenes, sus
modalidades de culto, celebraciones y
fiestas.
Esos compromisos entre el paganismo y el
cristianismo llevaron a la formación del
hombre de pecado, un sistema gigantesco
de religión falsa, una mezcla de verdad
y error. La profecía de 2Tesalonicenses
2 no condena a los individuos, sino que
expone el sistema religioso responsable
de la gran apostasía. Dentro de este
sistema, sin embargo, hay muchos
creyentes que pertenecen a la iglesia
universal de Dios, porque viven según
toda la luz que tienen.
La Iglesia Sufriente:
Junto con el descenso de la
espiritualidad, la iglesia de Roma
desarrolló un perfil más secular, con
vínculos más estrenos al gobierno
imperial. La iglesia y el estado se
unieron en una alianza profana.
En su obra clásica titulada La Ciudad de
Dios, Agustín, uno de los padres más
influyentes de la Iglesia, estableció el
ideal católico de una iglesia universal
en control de un estado universal. El
pensamiento de Agustín estableció el
fundamento de la teología medieval del
papado.
En el año 533 D.C., en una carta
incorporada en el Código de Justiniano,
el emperador Justiniano declaró que el
obispo de Roma era la cabeza de todas
las iglesias. También reconoció la
influencia del papa en la eliminación de
los herejes.
Cuando Belisario, general de Justiniano,
liberó a Roma en el año 538D.C. el
obispo de Roma se vio libre del control
de los Ostrogodos, cuyo arrianismo había
resultado en la restricción de la
iglesia católica en desarrollo. Ahora el
obispo podría ejercer las prerrogativas
que le había concedido el decreto de
Justiniano, en el año 533d.c; ahora
podría aumentar la autoridad de la Santa
Sede. Así comenzaron los 1260 años de
persecución que se había predicho.
(Dan.7: 25; Apoc.12: 6,14; 13:5-7.
El mundo cristiano se convirtió en un
campo de batalla. Muchos fueron
aprisionados o ejecutados en el nombre
de Dios. Durante los 1260 años de
persecución, millones de fieles
creyentes experimentaron grandes
sufrimientos y muchos debieron sellar
con la muerte su lealtad a Cristo.
Mucho antes de la Reforma, diversas
voces dentro de la Iglesia Católica
protestaron contra el despiadado
asesinato de sus oponentes, sus
pretensiones arrogantes y su corrupción
desmoralizadora. La negativa de la
iglesia a reformarse provocó el
nacimiento de la Reforma Protestante del
siglo XVI.
Finalmente 1260 años después del año 538
D.C. la Iglesia Católica romana recibió
una herida mortal (Apoc.13:3). Las
victorias espectaculares de los
ejércitos de Napoleón en Italia,
colocaron al papa a la merced del
gobierno revolucionario francés, el cual
consideraba que la religión romana era
el enemigo irreconciliable de la
República. El gobierno francés ordenó a
Napoleón que tomara preso al Papa. Bajo
sus órdenes el general Berthier entró el
Roma y proclamó el fin del poder
político del papado. Tomando cautivo al
Papa, Berthier lo llevó consigo a
Francia, en donde murió en el exilio.
La Reforma
Entre los principales factores que
causaron el clamor del pueblo se hallan
las doctrinas sin base bíblica cuyo
fundamente es la tradición, la
persecución enconada de los disidentes,
la corrupción y la decadencia espiritual
manifestada en gran número de los
miembros del clero.
Puntos Doctrinales:
1. La cabeza de la iglesia en el mundo
es el vicario de Cristo.
2. La infalibilidad de la iglesia y su
cabeza.
3. El oscurecimiento del ministerio
mediador de Cristo como sumo sacerdote.
4. La naturaleza meritoria de las buenas
obras.
5. La doctrina de las penitencias e
indulgencias.
6. La autoridad máxima reside en la
iglesia: La iglesia argüía que existen
dos fuentes de autoridad divina: (1) Las
Sagradas Escrituras y (2) la tradición
católica.
El Amanecer de un Nuevo Día: En el siglo
XIV, Juan Wiclef llamó a una reforma de
la iglesia, no solo en Inglaterra sino
también en toda la cristiandad. Proveyó
la primera traducción del texto completo
de las Escrituras al inglés. Sus
enseñanzas de salvación únicamente por
fe en Cristo, y de que solo las
Escrituras eran infalibles,
establecieron el fundamento de la
Reforma Protestante. Fue llamado La
estrella matutina de la Reforma. Sus
escritos tocaron el alma de Hus,
Jerónimo, Lutero y otros.
Martín Lutero, fue probablemente la
personalidad más poderosa de la Reforma.
Más que ningún otro hombre guió al
pueblo de vuelta a las Escrituras. La
Reforma desenterró verdades largamente
olvidadas. Se redescubrió la
justificación por la fe, el gran
principio del evangelio, así como un
nuevo aprecio por el sacrificio
expiatorio de Jesucristo. Muchas
enseñanzas que no eran bíblicas, como
las oraciones por los muertos, la
veneración de los santos y las
reliquias, la celebración de la misa, la
adoración de María, el purgatorio, las
penitencias, el agua bendita, el
celibato de los sacerdotes, el rosario,
la Inquisición, la transubstanciación,
la extremaunción, y la dependencia de la
tradición, fueron repudiadas y
abandonadas.
Los reformadores protestantes se
hallaban casi unánimes en la
identificación del sistema papal como el
hombre de pecado, el misterio de
iniquidad, y el cuerno pequeño de
Daniel.
La Reforma se Estanca: La reforma de la
iglesia cristiana no debía haber
terminado en el siglo XVI. Los
reformadores habían logrado grandes
avances, pero no habían vuelto a
descubrir toda la luz que se había
perdido durante la apostasía. En vez de
hacer avanzar la reforma, sus sucesores
se dedicaron a consolidar sus logros. En
vez de enfocar su atención en las
Escrituras, la dirigieron a las palabras
y opiniones de los reformadores.
Brotaron las controversias. Nunca hubo
una época en la cual los seres humanos
estuviesen tan ocupados en descubrir los
errores unos de otros, o en la cual se
llamasen unos a otros usando tantos
términos de oprobio. De este modo las
buenas nuevas se convirtieron en una
guerra de palabras. La Escritura ya no
habla al corazón sino al intelecto
crítico. Los dogmas eran ortodoxos, pero
la espiritualidad se extinguió. La
teología triunfó, pero el amor fue
apagado.
El Remanente: Apocalipsis 12:17
¿Qué es el Remanente? La Biblia describe
al remanente como un pequeño grupo del
pueblo de Dios que, a través de las
calamidades, guerras y apostasía,
permanecen leales a Dios. Este remanente
fiel proveyó la semilla que Dios usó
para propagar su iglesia visible en el
mundo (2Crón.30:6; Esd.9:14;
Isa.10:20-22; Jer.42:2; Eze.42:8; 14:22.
Apoc.12:17
Las Características del Remanente: Juan
describe a este grupo en términos
específicos. Aparecen después de los
1260 años de persecución, y se componen
de los que guardan los mandamientos de
Dios y tienen el testimonio de
Jesucristo. Apoc.12:17. tienen la
responsabilidad de proclamar, justo
antes de la segunda venida de Cristo, la
última amonestación que Dios envía al
mundo, es decir, los mensajes de los 3
ángeles de Apocalipsis 14:6-12. Estos
mensajes contienen en sí mismos una
descripción del remanente. Son los que
guardan los mandamientos de Dios y la fe
de Jesús Apoc.14:12.
1. La fe de Jesús: Se caracteriza por
una fe similar a la que poseía Jesús.
Refleja la misma confianza
inquebrantable que tenía el Salvador en
Dios y la autoridad de la Escritura. Su
fe abarca todas las verdades de la
Biblia, las que Cristo creyó y enseñó.
2. Los Mandamientos de Dios: 1Jn.2:1.
Por cuanto Jesús guardó los mandamientos
de su Padre, ellos también obedecen los
mandamientos de Dios (Jn.15:10);
Mat.7:21; Gracias al poder que Cristo
les concede, obedecen los requerimientos
divinos, incluyendo los Diez
Mandamientos, la invariable ley moral de
Dios Exo.20:1-17; Mat.5:17-19; 19:17.
3. El Testimonio de Jesús: Juan define
el testimonio de Jesús como el espíritu
de profecía (Apoc.19:10). El remanente
estará guiado por el testimonio de Jesús
comunicado por medio del don de
profecía.
Este don del Espíritu había de funcionar
continuamente a través de toda la
historia de la iglesia. (Efe.4:13) es,
por lo tanto, una de las principales
características del remanente.
Esta conducción profética hace que el
remanente sea un pueblo profético.
Comprenden la profecía y la enseñan.
El Surgimiento del Remanente de los
Últimos Días: La Biblia indica que el
remanente aparece en la escena mundial
después del tiempo de la gran
persecución. (Apoc.12:14-17). El
cumplimiento de las profecías bíblicas
durante la segunda mitad del siglo XVIII
y la primera mitad del XIX, produjo un
poderoso movimiento interconfesional
centrado en la esperanza del Segundo
Advenimiento. En cada iglesia se podía
hallar creyentes en el inminente regreso
de Cristo, orando, trabajando y
anticipando la culminación de la obra.
El movimiento adventista constituyó un
fenómeno verdaderamente bíblico e
interconfesional, centrado en la palabra
de Dios y la esperanza del advenimiento.
Mientras más estudiaban la Biblia, los
creyentes se sentían más convencidos de
que Dios estaba llamando a un remanente
para que continuase la Reforma de la
iglesia cristiana que se había detenido.
Su estudio de la Biblia revelaba que las
pruebas y chascos a través de los cuales
Dios los había dirigido, constituían una
experiencia purificadora profundamente
espiritual, que los unió para formar el
remanente de Dios. Dios los había
comisionado para continuar la Reforma
que había traído tanto gozo y poder a la
iglesia.
La Misión del Remanente:
Apoc.14:6-12 revela la proclamación del
remanente que producirá la restauración
completa y final de la verdad
evangélica. Estos tres mensajes
constituyen las respuestas de Dios ante
el avasallador engaño satánico que
arrastra al mundo poco antes del regreso
de Cristo (Apoc.13:3,8; 14-16).
El mensaje del primer ángel: Apoc.14:6,7
El primer ángel simboliza el remanente
de Dios que lleva el evangelio eterno a
todo el mundo. Este evangelio es el
mismo que el que dieron los profetas (Heb.4:2).
El mensaje del primer ángel proclama el
evangelio eterno y demanda la
restauración del verdadero culto a Dios
como creador, porque la hora del juicio
ha llegado. Este mensaje llama al mundo
al arrepentimiento. Requiere de todos
que teman o reverencien a Dios, y que le
den a él la gloria, u honor. (Jn.15:8;
1Cor.10:31)
En Apoc. 14:7, la palabra juicio es la
traducción del término griego Krisis, el
acto de juzgar, no la sentencia del
juicio (Krima) (Mat.16:27; Rom.6:23;
Apoc.22:12)
En forma providencial, la proclamación
de este mensaje que llama la atención
del mundo al Dios creador, comenzó en el
momento de la historia cuando la
filosofía evolucionista recibió un
fuerte apoyo a través de la publicación
de la obra El origen de las especies de
Carlos Darwin (1859).
El mensaje del segundo ángel: Apoc.14:8
El segundo ángel advierte contra todas
las formas de adoración que se originan
en los conceptos humanos.
El mensaje del tercer ángel: Apoc.14:9-12
El tercer ángel proclama la amonestación
más solemne de Dios contra el acto de
adorar a la bestia y a su imagen, lo
cual harán inevitablemente todos los que
rechacen el evangelio de la
justificación por la fe.
A la luz de la pronta venida de Cristo y
la necesidad de prepararse para
encontrarse con él, el urgente y
compasivo llamado de Dios resuena en el
corazón de cada uno de nosotros (Apoc.18:4,5)
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